Biodigestores, la otra solución para la basura
En Santa Fe se multiplican las ciudades que generan biogás a partir de los desechos orgánicos. En la UNL asesoran y los especialistas creen que con este sistema, una ciudad como la capital provincial podría generar hasta 12.500 metros cúbicos de gas al día
El nuevo impulso que se abre en la zona de la mano de los biodigestores, unos contenedores herméticos donde los desechos se fermentar y generan gas metano, ya se vislumbra como la solución más rentable y ecológica para contrarrestar los peligros de la contaminación.
En la localidad de Emilia, a unos 75 kilómetros al norte de la ciudad de Santa Fe, especialistas de la UNL asesoraron al municipio para la instalación de esta planta de tratamiento que hoy se considera un ejemplo en la producción de combustibles renovables y limpios.
Desde hace cuatro años, funciona allí un biodigestor capaz de reciclar 250 kilos de basura orgánica (toda aquella que puede descomponerse: restos de comida, cáscaras de verduras) por día y transformarla en aproximadamente 25 metros cúbicos de biogás.
Según dio a conocer la universidad, esta producción equivale a 12 kilos de gas envasado, exactamente la cantidad que usa la escuela agrotécnica Monseñor Zazpe de esa localidad cada jornada.
El Grupo de Energías No Convencionales que funciona en la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) de la UNL se encargó de asesorar en la construcción del biodigestor de Emilia (que se llevó a cabo gracias a la gestión del Rotary Club Los Constituyentes, con financiamiento de la Fundación Rotaria) y de otros similares en el país.
"Nosotros hacemos el aporte tecnológico: los proyectos y la asistencia para la puesta en marcha", dijo el ingeniero Eduardo Groppelli, responsable del área de Biogás en ese grupo. El éxito de esta localidad se multiplicó en otras experiencias como las de Humberto Primo y La Criolla (también en esta provincia), donde se llevan a cabo casos similares. Incluso este año volverá a funcionar un biodigestor en Gobernador Crespo.
Por otro lado, se conoció que ya desde fines de 2004 se había puesto en marcha en la Fundación Proteger un equipo que abastece las propias necesidades, así como un Centro de Capacitación en Tecnologías Socialmente Apropiadas, donde periódicamente se realizan cursos sobre esta temática, también con el asesoramiento técnico de los especialistas de la FIQ.